Seguro que has oído esta palabra más de una vez en los últimos meses, ya sea en la radio, en una serie de la tele o en las redes sociales todo el mundo la nombra, pero, ¿sabes lo que es?; Aunque parezca un término nuevo que se han inventado recientemente, la verdad es que la palabra procrastinación tiene orígenes romanos, y significa postergar para otro momento.
La palabra puede no sonarte, pero si te pongo un ejemplo seguro que te suena:
Estás en tu casa y tienes que ponerte a preparar un informe para el trabajo. Sabes que lo tienes que hacer, y aunque no es muy urgente, sabes que te requerirá un tiempo llevarlo a cabo y que debes empezarlo hoy. Decides sentarte frente al ordenador para empezarlo pero ¡anda! ¿me habrán enviado un correo importante?…Decides abrir el correo y te pasas los cinco minutos siguientes abriendo y leyendo correos. Entre ellos, te ha llegado uno de tu marca favorita que tiene descuentos y decides ir a su web a echar un vistazo. Cuando te das cuenta ya han pasado 15 minutos y aún no has hecho nada. Entonces te entra sed, y antes de ponerte a trabajar te levantas a por agua. Cuando estas en la cocina ves una pila de platos sucios, y claro, tú, con lo limpi@ y ordenad@ que eres no puedes dejarlo así. Entonces te pones a fregar los platos, después ya que estas repasas toda la cocina y limpias hasta el suelo. Miras el reloj y ya ha pasado más de una hora desde que dijiste que te ibas a poner a trabajar y aún no has empezado… ¿Te suena?
Procrastinar es algo muy común, todos vamos postergando tareas que no nos apetece hacer en algún momento, pero puede ser un problema cuando ocurre muy a menudo y acaba provocando sentimientos de culpa, inutilidad y cuando nos aleja de nuestros objetivos.
¿Pero, qué se puede hacer?
Lo primero es identificar cuales son tus objetivos y las metas que quieres conseguir (avanzar en tus estudios, en el trabajo, aprovechar mejor el tiempo, etc). Escríbelos en un papel y divide en tareas ese objetivo principal. Por ejemplo, mi objetivo es llegar a más personas con esta web y con mi consulta. Para ello, mis tareas serían seguir formándome en temas de actualidad para crear un contenido atrayente, escribir entradas de blog con asiduidad, crear infografías y medios visuales para mis redes sociales, etc.
Cuando tengas tu objetivo y tu lista de tareas para llegar a ese fin, realiza un análisis de cuáles son tus obstáculos. Puede ser el móvil, el instagram, personas de tu entorno… Cuando ya tengas claro esto, pon barreras a estos obstáculos. Por ejemplo, si el móvil es el mayor causante de tu procrastinación, puedes apagarlo o dejarlo en silencio en otra habitación durante el tiempo que te has propuesto llevar a cabo tu tarea objetivo. Si son las personas de tu entorno las que te llevan a este comportamiento avísale de cuáles son tus objetivos y lo que estás haciendo, ponles límites. Si te valoran lo aceptarán y te ayudarán.
Otro cosa que puedes intentar es la recompensa. Los psicólogos usamos sin parar el castigo y la recompensa pero es porque de verdad funciona. Cuando hayas realizado una de las tareas que te has propuesto (y sólo entonces), puedes recompensarte a ti mismo haciendo algo que te guste.
Planea descansos, es fundamental que cuando termines una tareas te permitas descansar unos minutos, así evitarás el estrés físico y mental cuando se realiza un exceso de actividad, y te permitirá enfrentarte a la siguiente tarea con más ganas y motivación.
Por último pero no menos importante, intenta averiguar qué sientes y qué hay detrás de esas emociones. A menudo la procrastinación se acompaña de sentimientos de culpa e inutilidad, y además si se repiten mucho y no te dejan avanzar puede que lleven consigo un miedo al fracaso o un exceso de perfeccionismo, así como una mala capacidad para afrontar ciertas emociones o situaciones estresantes. Si esto te ocurre es necesario que busques ayuda, la terapia puede hacer grandes mejoras en tu día a día, y no tienes porque sentirte así siempre.
Deja una respuesta