¿Qué son los pensamientos intrusivos?
Son ideas o pensamientos que parecen en la mente de forma repentina y de manera frecuente o recurrente, generando un gran malestar. Tienen la características de ser desagradables o inaceptables por la persona que los sufre, y aunque generen este desagrado son muy difíciles de parar.
Tipos de Pensamientos Intrusivos
Aunque pueden existir pensamientos intrusivos sobre muchas cosas, es habitual encontrar los siguientes grupos:
- Pensamientos de tipo agresivo: Hacer daño a otra persona o a uno mismo
- Pensamientos que van en contra de los propios valores: Ideas de tipo religioso o político, y sexuales (fantasías y deseos eróticos)
- Pensamientos de muerte: ideas recurrentes sobre catástrofes, accidentes y muerte
Todos en algún momento podemos experimentar este tipo de pensamientos, sin embargo, cobran especial relevancia cuando se convierten en auténticas obsesiones, generalmente cuando se acompañan de otros síntomas dentro de un cuadro clínico obsesivo-compulsivo, depresivo o ansioso.
Lo que los convierte en realmente problemáticos no es su aparición en sí, sino como responde la persona ante ellos. Un trastorno muy común en el que se pueden dar este tipo de pensamientos es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo. En esta patología, además de experimentar estas ideas la persona que lo sufre siente la necesidad de ejercer un falso control sobre ellas, generando una serie compulsiones (comportamientos o actos mentales repetitivos que se realizan como respuesta a una obsesión para disminuirla, sin que estén relacionados de manera realista). Un ejemplo de ello seria comprobar constantemente que se ha apagado el gas por la idea obsesiva de causar un accidente.
A menudo, los pensamientos intrusivos tienen la característica de que mientras más se intentan eliminar más poder adquieren, por ello para mejorar es mejor aceptarlos o aprender a ignorarlos. Pero, ¿Cómo se hace eso?
Cómo gestionar los pensamientos intrusivos
Los pensamientos intrusivos aunque molestos se pueden tratar, pero lo fundamental es saber que hay detrás. Como en la mayoría de síntomas, estas ideas también pueden ser una señal de algo más, y por ello es fundamental ponerse en manos de un profesional de la salud mental. Aunque existen técnicas para abordar los pensamientos intrusivos, no hay que olvidar buscar cual la causa, es decir, que hay detrás de estos pensamientos, para poder así ponerle remedio y así ponerle solución real al problema.
Algunas de las técnicas que se pueden utilizar son:
- Desvincular los pensamientos – Técnica de Aceptación y Compromiso
Tus pensamientos no eres tú, y tampoco decides de manera consciente lo que llega a tu mente, por ello es fundamental aprender a distanciarse emocionalmente de ellos. Se trata de aprender a identificar estos pensamientos, aceptarlos y cómo si fuesen un río dejarlos correr. Técnicas como la meditación, o el mindfulness pueden ser de utilidad.
- Registro de pensamiento y Reevaluación Cognitiva
Se trata de llevar un diario de pensamientos negativos intentando razonar si son reales o no. Se harán preguntas y se contestarán con la idea de rebatir esa creencia falsa que conlleva el pensamiento intrusivo
*Es fundamental no dedicarle mucho tiempo. Y una vez terminado pasar a otra tarea o actividad. Puedes usar una alarma y dedicarle por ejemplo 10 minutos al día.
- Programación de actividades positivas
Buscar actividades y tareas que traigan bienestar y felicidad (hacer ejercicio, dar un paseo, quedar con amigos, leer un libro, escuchar música, etc). Con estas actividades buscaremos interrumpir los pensamientos intrusivos, para centrarse en algo placentero. En especial el ejercicio físico suele ser eficaz.
Si has probado lo anterior y no ha funcionado, o si te atormentan estas ideas y no sabes que hacer pide ayuda. Los profesionales de la psicología estamos para ayudarte.
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