Cuando hablamos de adicciones en seguida pensamos en el alcohol o drogas como la cocaína o la marihuana. Sin embargo existen otro tipo de adicciones que son mucho más habituales e igualmente peligrosas para el bienestar de la persona que lo sufre. Estamos hablando de adicciones emocionales.
Si bien no es un trastorno reconocido por el manual de psicología DSM-V, es un término que está ganando relevancia por su importancia a nivel social, y que sin duda merece la pena conocer y prestar atención.
Como adicciones emocionales nos estamos refiriendo a aquellas relaciones tóxicas que se mantienen a pesar de ser muy dañinas. Una relación tóxica no sólo se da entre una pareja romántica, también puede darse entre miembros de una familia o entre amigos. Lo que las hace tóxicas es el hecho de mantenerlas en el tiempo a pesar de no ser buenas, de generar una serie de emociones negativas y un gran malestar para uno o más de los implicados en la relación.
¿Por qué se mantienen si son malas?
Como en otras adicciones la persona que la sufre obtiene una respuesta más satisfactoria del hecho de «consumir» de la que obtendría sino lo hiciese. Un ejemplo de ello sería mantener una relación de pareja con una persona que no te quiere, pero por miedo a estar solo crees que es mejor estar con él/ella.
Este miedo a estar solo acaba manteniendo la conducta adictiva. La persona envuelta en esta situación preferirá mantener esa relación mala, antes de que enfrentarse a todas las emociones negativas que sentirá al separarse. La baja autoestima juega un papel fundamental en estas situaciones. Es posible que la persona atrapada en esa relación llegue a pensar que no merece nada mejor, o se autoengañe pensando que «no es tan malo».
¿Cómo detectar una relación tóxica?
- Una de los miembros implicados siempre obtiene beneficios de la relación, mientras que el otro siempre cede en todo, aún cuando va en contra de sus necesidades o principios.
- La autoestima de uno de los miembros depende del otro, y con asiduidad la otra persona le hace sentir mal
- No se respetan los límites entre los miembros
- No se apoyan los objetivos o metas que quieren conseguir, y en lugar de eso, actúan como freno
¿Cómo salir de una relación tóxica?
Lo primero que se debería identificar es si verdaderamente estamos ante una relación dependiente y dañina. Y en segundo lugar, plantear las necesidades que se están cubriendo (aunque sea de manera inconsciente y poco apropiada) con esta relación. Puede ser por miedo a la soledad, por falta de autoestima, porque creas que necesitas el apoyo físico, emocional o financiero de otra persona, etc.
Una vez identificada esta necesidad, habrá que trabajar en porqué se piensa así y en intentar modificar esos pensamientos erróneos (la terapia es fundamental para ello). Esta tarea no es fácil y no es rápida, pero sin duda merece la pena cada minuto invertido, porque los beneficios que se obtendrán serán enormes, y ayudará a que las próximas relaciones sean más sanas.
**Por último me gustaría hacer una aclaración. A veces, y más si hablamos de relaciones familiares dañinas, «salir» de la relación no implica tomar distancia o cortar toda comunicación (aunque en algunos casos graves deba ser así). En algunas circunstancias, se tratará de modificar dicha relación para que la otra persona no juegue un papel tan decisivo en las emociones o el bienestar de la persona afectada. Se tratará de aprender a poner límites a los otros para protegernos y priorizar nuestra salud mental y emocional.
Si estas en un proceso similar y no encuentras como salir de ahí, ponte en contacto conmigo, puedo ayudarte.
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