Siempre que una enfermedad aparece es algo traumático en el sentido de que nos modifica nuestro día a día, y cosas como trabajar o realizar las tareas domésticas se convierten en un suplicio. Sin embargo sabemos que es algo temporal, y en la mayoría de los casos con reposo y medicación se mejora y volvemos a nuestro estado anterior de salud. Pero, ¿Qué ocurre cuando la enfermedad aparece y no hay previsión de que vaya a irse? ¿Cómo se afronta el hecho de saber que se va a tener que convivir con la enfermedad durante toda la vida?
Éstas preguntas sin duda son muy difíciles de contestar, y por supuesto dependerá de muchos factores externos cómo tipo de enfermedad, situación económica y social, red de apoyo familiar, edad, etc.
Desde mi propia experiencia he podido comprobar que existen varias fases hasta la asimilación y la aceptación de esta nueva situación, y que con cada nueva etapa de la vida irán surgiendo nuevos retos, pero también nuevas formas de superarse a uno mismo. Todo esto daría para un solo artículo, pero en esta ocasión quiero ofrecerte una serie de consejos de fácil entendimiento y de lectura amena para que puedan ayudarte a empezar este nuevo camino.
Consejos para afrontar la enfermedad
- Información: La información es poder, y es muy importante conocer y comprender a fondo como es la enfermedad, sus síntomas, su pronóstico y cómo pueden afectar. Pero lo realmente fundamental es informarse de qué es lo que se puede hacer para mejorar: Dieta, ejercicio, medicación, etc. Esto es realmente importante porque centrarte en lo que puede mejorar y no en lo que puede empeorar te dará una perspectiva más positiva, y cuando vayas observando como esos cambios producen una mejora te ayudará a seguir motivado y con esperanza. Porque recuerda SIEMPRE se puede mejorar.
- Buenos profesionales: Busca buenos profesionales de la medicina, psicología, fisioterapia, etc y déjate guiar por ellos. Si no estas contento con ellos sigue buscando hasta dar con las personas que realmente puedan ayudarte y con los que te sientas cómodo. Ten cuidado con aquellos que te prometen resultados milagrosos fuera de toda base científica, y también con los que siguen citándote sin tener un plan de tratamiento y unos resultados positivos. Si no mejoras, tienes derecho a buscar alternativas.
- Ayuda Psicológica: Puedes pensar que si lo que tienes es una enfermedad física no necesitas ayuda mental, pero no existe distinción entre el cuerpo y la mente, las dos están ínfimamente unidas y se retroalimentan la una de la otra. Una enfermedad acarrea muchos cambios en el día a día, y un psicólogo puede ayudarte a superar estos cambios, ayudándote a aceptar tu enfermedad para que disfrutes de una vida plena y feliz. Trabajar en tu mente y emociones tendrá un maravilloso resultado en tu cuerpo y viceversa. Así que no lo dudes y no te olvides de cuidar también tu salud mental.
- Esperanza: Nunca se debe perder la esperanza de curarse o mejorar, pero obsesionarse con ello no es bueno. En vez de centrarse en una cura milagrosa será importante centrar tu atención y tus esperanzas en vivir y en disfrutar de tu día a día. Siempre hay motivos para tener esperanza y para ser feliz, y aunque importa la situación en la que estés, no es determinante para ser feliz.
- Aceptación y Cariño: Este último punto quizá sea el más importante de todo: ACEPTA tu cuerpo y sus limitaciones pero nunca dejes de intentar mejorar, y QUIERETE; valora todos los aspectos de tu vida y todo lo que eres capaz de hacer aún con una enfermedad. Trabaja tus exigencias y quejas, y mírate como lo haría un niño, sin prejuicios ni maldad.
Si te encuentras en una situación como esta y te encuentras un poco perdido y desanimado escríbeme. Como psicóloga y como persona que convive con la enfermedad sé que puedo ayudarte a mejorar.
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